Encinas: "Estoy orgulloso de ser jugador de River" El enganche de la División Reserva dialogó con el Sitio Oficial y expresó su felicidad por el buen presente que le toca atravesar, tanto en lo grupal como en lo individual.

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Por: Rubén Sagarzazu


Está viviendo un momento muy feliz, jugando en Reserva, siendo parte de la Selección Sub-17 y formándose como persona. Axel Encinas lo define así: "Recién tengo 16 años, soy muy chico y estoy disfrutando esto a pleno. Tengo que divertirme con responsabilidad dentro la cancha. Ir despacio, sacrificarme día a día y apoyarme en el amor que me da mi familia para seguir adelante. Tengo los pies sobre la tierra y con humildad debo luchar por el sueño de poder jugar algún día en Primera. Estoy orgulloso de ser jugador de River”.

Con el talentoso enganche repasamos cómo fueron sus comienzos: todo lo vivido en River, su sentimiento al ser elegido el mejor jugador en un torneo en Inglaterra, su recorrido en las selecciones juveniles y su experiencia cuando comparte entrenamientos con la Primera.

¿Cómo llegaste a River?
Yo jugaba en el club San Calal, de Sordeaux, cerca de Don Torcuato. Ahí me vieron jugar y me querían llevar a Tigre, pero surgió la posibilidad de venir a River. Mi mamá me dijo que venga a probarme acá. Vine, jugué de enganche y a las dos semanas me fui con mi categoría de Infantiles a San Juan. Primero me traía el técnico de mi club, después mi mamá y por último mi hermana. Después, a los 13 años, empecé a venir solo. Soy del barrio San Jorge, de Don Torcuato.

¿Cómo fueron los comienzos en Infantiles?
Arranqué jugando de enganche, después me pasaron de 9 y terminé jugando de volante por la derecha. Eso me facilitó las cosas para moverme por distintos sectores de la cancha. Me hizo un jugador más completo.

¿Cuáles son tus características?
Soy un jugador habilidoso, que le gusta jugar por todo el frente de la cancha y meter asistencias a los delanteros. Ahora le estoy agregando a mi juego más llegada al área y por eso convierto más goles. Me gusta ser conductor y ganar en el uno contra uno.

¿Cómo fue la adaptación a jugar en las categorías superiores?
Difícil, porque hay otra exigencia en lo física y en el juego. Tenés que hacer todo más simple, resolver a uno o dos toques, porque la marca es más intensa y hay pocos espacios. En Infantiles podía gambetear más y hacer algunas cosas. Y lo fundamental es que tenés que incorporar conceptos tácticos y técnicos, que te van formando como jugador. Y ahí entendés que lo más importante es el juego colectivo. Por eso hay que ser inteligente para saber jugar. El aprendizaje de Novena a Séptima es la base para crecer futbolísticamente. Y también es fundamental formarte como ser humano para ser alguien la vida. Tenés que estar preparado para todo.

¿Cómo vivís el cambio de pasar de inferiores a Reserva?
Cuando me dijeron que iba a ser parte de la Reserva de River, sabía que tenía q cambiar muchas cosas, tanto en lo futbolístico, como en lo personal. En el caso del juego estaba tranquilo, porque sabía que si en el entrenamiento perdía una pelota fácil o no podía seguir el ritmo físico o futbolístico que hay en Reserva, tenía que sacrificarme y lo lograría con el correr del tiempo. Lo mental es muy importante, tenés que estar preparado al ciento por ciento. Borreli y Fermani nos dicen que hay que dar todo y estar enfocado en el día a día, en cada entrenamiento.

¿Cambió tu juego en Reserva?
Sí, antes pedía mucho la pelota al pie y no tiraba diagonales y ahora lo estoy haciendo muchas veces. Eso me permite tener más llegada y hacer goles, me gusta hacer jugar al equipo. Cuando puedo, me gusta ser conductor, tirar paredes, mover la pelota de un lado al otro para generar espacios. Acá tenés que saber jugar por todos los sectores y también presionar rápido para recuperar la pelota.

En una práctica de fútbol tuviste una linda anécdota con Gallardo.
Sí, en una práctica de fútbol jugué para la Primera. Gallardo me dijo que no vaya tanto a pedir la pelota, que ocupe los espacios y tire diagonales, que tenga paciencia, que ya me iba a llegar. En ese momento del entrenamiento, estaba muy cansado y corría para todos lados. Con esa indicación, al ratito empecé a entrar en contacto seguido con la pelota y a tener aire para correr.

¿Qué te dejó esa experiencia?
La de aprender cómo juegan los jugadores de Primera y de ver la calidad que tienen. Todo lo que Gallardo te enseña y exige. Saber que dejaste todo jugando para la Primera y destacar la buena onda de los jugadores y el técnico, que te alientan y ayudan en todo momento.

¿Qué recuerdos te quedaron de haber sido elegido el mejor jugador del torneo Sub-16 en Inglaterra, en 2019?
Fue un orgullo para mí ser elegido el mejor jugador en un torneo de jerarquía mundial. Estaban los jugadores del Manchester City, Manchester United, Chelsea, Tottenham y Palmeiras. Todo fue gracias al equipo, porque jugamos muy bien y así pude destacarme. Me salieron todas, pude ser el conductor del equipo, meter asistencias y varios goles. Ellos juegan bien tácticamente y marqué la diferencia desde lo técnico. Y la sorpresa fue que me eligieron antes de que se jugara la final.

¿Cómo es tu experiencia con las selecciones juveniles?
Realmente muy buena. Es un orgullo vestir la camiseta argentina. Es un mundo distinto. Pablo Aimar me dijo que hay que sentirla y aprender a quererla. Y cuando van pasando los entrenamientos y los partidos que te tocan jugar, te das cuenta de que es así. Jugamos el Sudamericano Sub-15 en Paraguay y perdimos la final contra Brasil por penales. En lo futbolístico, Diego Placente y él me ayudaron mucho. Me dieron la libertad para jugar como yo sé. Sólo me pedían que trate de ir siempre por adentro y que sea el conductor del equipo. La motivación es tanta que das más de lo que podés.

¿Cómo te imaginás el sueño de debutar en Primera?
Me lo imagino en el Monumental y que esté toda mi familia. Ellos me acompañan desde hace muchos años, con su amor y confianza para que pueda lograrlo. Por mi mamá, Verónica, y mi hermana Aylén, que me llevaban a los primeros entrenamientos en Infantiles. Por mi papá, Mauro, que es con quien hablo más de fútbol fuera de River. Y por mis abuelas, Ramona y Graciela, que me llenan de fe y esperanza con sus consejos.