Pablo Lorenzo: "Destaco todo el esfuerzo que hicieron" El preparador físico de la Reserva habló con el Sitio Oficial, destacó la voluntad de los jugadores para entrenarse durante la cuarentena y contó cómo fue el regreso a la actividad.

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Por: Rubén Sagarzazu


Pablo Lorenzo es el preparador físico de la División Reserva y entre las responsabilidades que tiene sobresalen dos: tener listos a los jugadores para cuando Marcelo Gallardo los necesite para la Primera y preparar a los chicos que suben a Reserva.

Tiene en claro cómo se logra todo esto: trabajando en equipo. Por eso está en cada detalle, en el día a día con Juanjo Borrelli y Gustavo Fermani, los técnicos de la categoría. Y está permanentemente alineado con Pablo Dolce, el preparador físico de Primera División, para trabajar a la par y así tener a los jugadores en el mismo plano que los de Primera. También interactúa con los PF de las categorías menores para saber cómo están físicamente los chicos de esas divisiones. Tiene una ventaja: los conoce a todos por haber sido Coordinador General de las Divisiones Inferiores en la parte física.

En este año tan atípico, la Reserva pasó por distintas etapas. Detalló cómo fue volver a entrenarse: "Empezamos en septiembre, en una burbuja, en la pensión de River. Ahí estuvimos 23 días. Nos entrenábamos con los protocolos correspondientes. Y después de los hisopados comenzamos en Ezeiza. El objetivo de esa etapa del año fue ser sparring de la Primera, que los chicos estén preparados a disposición del primer equipo. Y principalmente que sean útiles. La metodología de trabajo es similar a la de Primera; han subido varios chicos que han respondido bien. Al no tener competencia, nos preparamos para estar bien en la parte física, técnica y táctica porque hacemos prácticas de fútbol, trabajos en espacios reducidos y lo que Gallardo pida. Después, es potenciar lo que hacían en Juveniles para que estén a la altura de los jugadores profesionales.

¿Lo más difícil fue el entrenamiento a distancia, sobre todo con estos jugadores que están muy cerca de Primera?
Después de jugar a principios de año la Copa Libertadores Sub 20 vinimos y empezamos el torneo de Reserva. Y en marzo se paró todo por la pandemia. Y ahí comenzamos a entrenarnos a distancia. Nos conectábamos casi todos los días y los chicos practicaban en la casa, cada uno con sus elementos. Había algunos que no tenían y agarraban un bidón de diez litros de agua y lo llenaban. Así nos fuimos adaptando a la realidad que tenía cada uno. Después, los técnicos les pasaban videos de trabajos específicos con pelota. Algunos lo hacían en el living, otros en el balcón del departamento o tenían una canchita. De esa manera lo hicimos gran parte del año para que logren mantener todas las cualidades físicas. Después veían videos de los partidos de River y lo analizaban con los técnicos. Esa fue una etapa de contención y lo hicieron bastante bien.

¿Todo cambió cuando empezó a entrenarse la Primera?
Sí, porque empecé a hablar con Pablo Dolce y pasarle los entrenamientos. Y como faltaba la parte de resistencia, los últimos dos meses hicimos doble turno. A la mañana hacíamos trabajos de fuerza, coordinación y velocidad. Y también técnica individual. Y a la tarde la parte de resistencia, bicicleta, cinta y algunos que tenían lugar hacían la parte aeróbica. Una vez que empezamos la burbuja seguimos la planificación de la Primera. Hicimos trabajos de fuerza y resistencia con diferentes métodos y con volúmenes parecidos a la Primera. Para los trabajos técnicos y tácticos bajaron la línea desde Primera, para que cuando llegue el momento los chicos estén adaptados a esos ejercicios. Poco a poco se fueron acostumbrando.

¿Hoy estás cerca del rendimiento físico que tiene la Primera División?
Los chicos físicamente están muy bien. Con el entrenamiento a distancia lograron mantenerse en forma. Destaco todo el esfuerzo que hicieron. Teníamos muchas dudas porque esto no había pasado nunca, de estar seis meses sin pisar una cancha de fútbol. Y de entrenarse en zapatillas y con piso duro pasaron a ponerse los botines y hacerlo en un campo de juego. Todos fueron responsables y se cuidaron. Son muy profesionales. En las evaluaciones físicas están muy cerca de la Primera. Lógicamente que son chicos de menor edad. Dolce tiene todas las evaluaciones y en los entrenamientos, ellos rinden. Y le sirve al primer equipo porque los exigen, con eso el objetivo está cumplido.

¿Cómo es una semana de trabajo?
Se hacen ejercicios de fuerza, coordinación, propiocepción y diferenciaciones de velocidad. Los entrenadores a su vez trabajan en ejercicios de alta intensidad, fútbol en espacios reducidos: tres contra tres o cuatro contra cuatro. Todo a alta intensidad. El segundo día, ejercicios de resistencia, con pasadas de 300 y 400 metros y a veces ejercicios intermitentes. Después, estamos a la expectativa si necesitan algún jugador para la Primera o algún equipo para hacer una práctica de fútbol. Hay días que son todos juegos orientados a la técnica y se termina con un entrenamiento formal de fútbol.

¿Qué tuvieron que sumar Santiago Simón y Tomás Castro para estar a tono en Primera?
Los chicos están todos a ese nivel. Lo que ayuda es que trabajamos mancomunadamente con Dolce y que se entrenen con Primera los hace crecer mucho. Son jugadores que están enfocados y motivados, eso hace que cuando van haciendo sus entrenamientos semanales con la Primera van adquiriendo otro ritmo y el roce que te da ser sparring los hace crecer mucho. Es una adaptación importante que se fue dando para que no sufran el cambio y que tengan un buen rendimiento.

Desde que llegó Gallardo puso la vara alta en lo futbolístico. ¿También en lo físico?
Sí, la exigencia, la conducta, seriedad y disciplina son todas cosas que se incorporaron a partir de su llegada. Y en la parte física también, con Dolce trabajamos en equipo. Hace muchos años que nos conocemos y por supuesto que la intensidad que tiene la Primera se transmite hacia la Reserva y las categorías inferiores. Esa exigencia, presión e intensidad pone la vara más alta. Desde esa exigencia, el camino está marcado y todos estamos detrás de esa estructura. Hay una metodología similar a la Primera, que exige mucho más a los juveniles y a los jugadores de Reserva. Todo esto por las reuniones que tenemos para unificar criterios de entrenamientos, iguales a los de Primera.

En Reserva hay distintos niveles de jugadores: están los nuevos que suben, los que tienen un cierto tiempo y los que poseen un rodaje importante. ¿Trabajás de distintas formas con todos?
Trabajamos de diferentes maneras y respetamos los procesos de adaptación de un chico que recién llega a Reserva y lógicamente necesita más tiempo. Al conocernos con los técnicos y los profes en Juveniles, utilizamos una metodología similar, más allá de que en Reserva hay una obligación mayor. Eso hace que los chicos cuando suben tengan una base. Y se los evalúa al ingresar a Reserva. De acuerdo a esas evaluaciones, la carga física será proporcional al rendimiento. Después en los entrenamientos técnico-tácticos van trabajando de otra manera, se los va mechando y al principio no completan todo el entrenamiento. Se les respeta el tiempo de maduración y los que llevan mayor tiempo en cantidad de partidos y entrenamientos son los que pueden estar más preparados para subir a Primera.

¿Trabajás conjuntamente por los puestos que ocupan en la cancha?
Uno trabaja en función a las diferentes evaluaciones físicas que hacemos y ahí los dividimos por grupos, que a veces están formados por jugadores de diferentes puestos. Por ejemplo, de acuerdo a la velocidad máxima aeróbica que dio en el test realizado. Los técnicos sí trabajan por puestos, más en la parte físico-técnica y físico-táctica, en lo que es el juego específico, donde los jugadores repiten más las acciones que realizan durante los partidos.

¿Qué tiene que hacer físicamente un jugador de Reserva para mantenerse en Primera?
Todos aquellos jugadores que llegaron a la Primera de River no sólo lo hicieron por sus condiciones técnicas, físicas y tácticas, sino también por su talento. Entonces, al competir y entrenarse con futbolistas tan talentosos todo es más exigente, porque resuelven en menos tiempo, son más precisos y saben cómo correr la cancha. Todo eso hace que un chico que llega a la Primera empieza una etapa futbolística nueva, en la cual tiene que aprender muchísimo porque el margen es más grande. Hay jugadores con mucha experiencia, podés hablar de Enzo Pérez y Nacho Fernández, que ya tienen una gran trayectoria y roce a nivel internacional. Por eso los tienen que observar y aprender en ese nuevo mundo competitivo. Y para mantenerse tienen que tener esas ganas de progresar y ser mejor que el día anterior y tratar de llevarse una enseñanza. Y entrenarse siempre al máximo, cuidarse mucho y escuchar a los entrenadores y sus compañeros. Deben crecer día a día y tener una gran fuerza mental. Esa es la manera de mantenerse y seguir progresando. Eso lo convertirá en un gran futbolista.

¿Qué análisis hacés de la frase que dice “el que no corre no juega”? ¿Considerás que es así?
Los jugadores a medida que van creciendo, ganando experiencia y acumulando partidos saben cómo correr la cancha o cuándo no hacer el esfuerzo. Es una cuestión de eficiencia y eficacia. Con la experiencia adquieren mayor calidad. Ellos mismos aprenden a regular y a moverse dentro del campo de juego. Los técnicos les enseñan y nosotros nos ocupamos de que sean más coordinados por medio del entrenamiento. Y a medida que juegan o realizan ejercicios en espacios reducidos aprenden a ser más eficientes.